
¿Qué ocurre cuando el sol no brilla o el viento no sopla? Gracias a la inteligencia artificial y al almacenamiento de energía de larga duración, muy pronto esa pregunta dejará de ser relevante. Las predicciones meteorológicas impulsadas por IA, cada vez más precisas, junto con soluciones innovadoras como MGTES – Magaldi Green Thermal Energy Storage, están transformando la manera en que producimos y utilizamos la energía.
Energía disponible incluso cuando no hay sol ni viento. La gran cuestión en torno a las energías renovables siempre ha sido su intermitencia. Pero la combinación de IA predictiva y tecnologías de almacenamiento avanzadas está ofreciendo una respuesta convincente: un suministro renovable fiable y continuo.
Predicción y almacenamiento: una alianza ganadora
Predecir con precisión las condiciones óptimas para la generación solar y eólica, y poder almacenar esa energía para usarla cuando se necesite, representa un paso decisivo hacia un sistema eléctrico más sostenible y eficiente.
El experto en energía Giovan Battista Zorzoli, una de las voces más reconocidas a nivel internacional, lo resume así: “El desarrollo de la inteligencia artificial permitirá prever el clima con absoluta precisión para los próximos tres días. Combinado con sistemas de almacenamiento de larga duración, esto hará que la energía solar y eólica puedan programarse y suministrarse a la red cuando se requiera, eliminando su carácter intermitente.”
Con la ayuda de la IA, los mercados eléctricos podrán anticipar la producción solar o eólica del día siguiente y planificar el suministro con una exactitud sin precedentes.
El salto cualitativo de la predicción meteorológica con IA
Investigadores de DeepMind (Google) publicaron en Science los resultados de su modelo GraphCast, que supera en precisión al del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF) en más del 90 % de las 1.300 variables atmosféricas analizadas.
Lo más sorprendente es que GraphCast necesita una capacidad de cálculo mínima: puede ejecutarse en un ordenador portátil en lugar de un superordenador.
Su fiabilidad ya quedó demostrada en septiembre pasado, cuando el modelo predijo con exactitud la trayectoria del huracán Lee, anticipando su llegada a Nueva Escocia (Canadá), una previsión distinta —y más precisa— que la de los centros meteorológicos oficiales.
El papel clave del almacenamiento energético de larga duración
Aunque muchos modelos aún están en proceso de validación científica, el futuro está claro: la IA democratizará las predicciones meteorológicas precisas, poniéndolas al alcance de empresas, municipios y comunidades energéticas.
Gracias a la aparición de herramientas como la GPT Store de OpenAI, cualquier organización podrá disponer de sistemas predictivos personalizados y asequibles, un avance fundamental para acelerar la transición hacia un sistema energético plenamente sostenible.
Como señala Zorzoli: “Con la disponibilidad de sistemas de almacenamiento de larga duración y pronósticos meteorológicos más fiables, la energía eólica y solar serán totalmente programables. La distinción entre renovables gestionables y no gestionables desaparecerá.”
MGTES: almacenamiento sin impacto para la industria
En este contexto, la tecnología MGTES (Magaldi Green Thermal Energy Storage) juega un papel estratégico.
Diseñada para sustituir el gas en la producción de calor industrial y superar la intermitencia de las renovables, MGTES almacena energía procedente de fuentes limpias y la libera en forma de calor cuando se necesita.
Es la primera tecnología de almacenamiento térmico de impacto cero en el mundo y permite reducir la dependencia de los combustibles fósiles en los sectores industriales más intensivos en energía.
Puede conectarse a cualquier fuente energética y aprovechar los excedentes renovables para producir calor industrial verde 24/7, especialmente para aplicaciones con vapor en el rango de 150 a 400 °C.
En colaboración con Enel X, Magaldi ha construido la primera planta con tecnología MGTES para suministrar energía térmica a procesos industriales en la fábrica I.GI. spa de Buccino (Salerno, Italia), productora de grasas y aceites para el Grupo Ferrero.
La planta entrará en funcionamiento a comienzos de 2025 y permitirá reducir hasta un 20% el consumo total de energía y evitar 600 toneladas de CO₂ al año, gracias al uso continuo de energía renovable.