
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que una movilización global en torno a las energías renovables, la protección de los bosques y las tecnologías de almacenamiento energético es esencial para evitar un aumento catastrófico de la temperatura del planeta.
Los fenómenos meteorológicos extremos ya están devastando comunidades, y la posibilidad de mantenernos dentro del límite de 1,5 °C se reduce rápidamente. Según el Banco Mundial, el cambio climático amenaza la vida de 1.200 millones de personas, con costos económicos que ya superan los 2,8 billones de dólares.
El año 2024 podría convertirse en el más caluroso de la historia, superando el récord alcanzado en 2023. El Servicio de Cambio Climático de Copernicus, agencia de la Unión Europea encargada del monitoreo climático, prevé que será el primer año en que las temperaturas globales se mantengan constantemente 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Esta tendencia alarmante subraya la necesidad urgente de actuar ahora, antes de que los efectos del cambio climático sean irreversibles.
Aun así, esta crisis representa también una oportunidad histórica para impulsar una transformación económica, social e industrial sin precedentes.
2023 marca un récord histórico en energías renovables: un punto de inflexión para el futuro
El desafío es enorme. La demanda mundial de electricidad crece más rápido de lo esperado, y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte que podría aumentar hasta un 6 % para 2035.
A pesar de ello, hay motivos para el optimismo: la expansión de las energías solar y eólica será crucial para contener el aumento de las emisiones. En 2023, se alcanzaron niveles récord de capacidad renovable instalada, con 473 GW nuevos en todo el mundo, de los cuales 347 GW corresponden a energía solar.
Triplicar la capacidad renovable para 2030: el almacenamiento energético ya no es opcional
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha señalado que, para triplicar la capacidad renovable mundial a finales de esta década, será necesario añadir 1.044 GW por año entre 2024 y 2030, lo que implica una tasa de crecimiento anual del 16,4 %.
El almacenamiento de energía ya no es una opción, sino la pieza clave del futuro energético renovable.
El mundo necesita una visión renovada, acompañada de inversión en políticas, investigación y tecnologías innovadoras como el TES (Thermal Energy Storage).
Contamos con las herramientas y los conocimientos necesarios para sustituir los combustibles fósiles, reducir el consumo energético y construir un planeta más seguro y saludable.
Transformar estas soluciones en acciones concretas exige el compromiso tanto de los líderes políticos como de la industria.
Los compromisos asumidos en la COP29 reflejan la determinación global de impulsar tecnologías como el TES (almacenamiento térmico de energía) y el LDES (almacenamiento de larga duración).
Juntos, podemos descarbonizar la industria y construir un futuro más resiliente, competitivo y próspero.
El mundo ha entrado en la era de la electricidad, y es fundamental que el desarrollo de infraestructuras de almacenamiento y de redes eléctricas avance al mismo ritmo que el crecimiento exponencial de las renovables.
La COP29 consolida el papel del almacenamiento energético: MGTES de Magaldi marca el camino
En la COP29, el almacenamiento energético fue protagonista. Los acuerdos alcanzados destacaron la urgencia de promover políticas innovadoras y tecnologías transformadoras como el TES.
En Magaldi, lideramos esta transición con MGTES (Magaldi Green Thermal Energy Storage), nuestro sistema revolucionario y patentado que utiliza arena para almacenar y liberar energía térmica.
Esta solución escalable está diseñada para descarbonizar industrias que dependen de procesos de alta temperatura, como el acero, el cemento, la alimentación y la química.
Durante la conferencia de Bakú (Azerbaiyán) se anunciaron avances clave en materia de almacenamiento y redes eléctricas, entre ellos los objetivos del Global Energy Storage and Grids Pledge, que incluyen 1.500 GW de capacidad de almacenamiento, la duplicación de la inversión en redes y la ampliación de 25 millones de kilómetros de infraestructuras eléctricas para 2030.
El almacenamiento energético: el eslabón esencial de la descarbonización industrial y los objetivos climáticos
Estos compromisos son fundamentales para responder al aumento de la demanda energética y avanzar en la descarbonización de los sectores industriales más difíciles de electrificar.
El Consejo de Almacenamiento de Energía de Larga Duración (LDES Council) subrayó que las tecnologías LDES son indispensables para alcanzar los objetivos climáticos, e instó a los gobiernos y empresas a acelerar su adopción.
Su informe anual fija metas ambiciosas: alcanzar una capacidad de almacenamiento de 8 TW para 2040, acompañada de políticas públicas y compromisos industriales que impulsen la electrificación y la adopción de tecnologías limpias en todos los sectores.
En los países en desarrollo, invertir en energías renovables y almacenamiento resulta cada vez más rentable que continuar dependiendo de los combustibles fósiles, convirtiendo la electrificación industrial en una oportunidad estratégica.
Las baterías térmicas industriales y otras tecnologías de almacenamiento térmico ya permiten operar con energía renovable incluso en sectores tradicionalmente difíciles de descarbonizar.
Soluciones como el MGTES (Magaldi Green Thermal Energy Storage) eliminan la intermitencia de la energía solar y eólica, ofreciendo alternativas adaptables y sostenibles para industrias responsables de más del 20 % de las emisiones globales de CO₂. A través de la innovación y el compromiso, podemos acelerar la descarbonización, proteger el planeta y garantizar un futuro sostenible para todos.